UNO DE CADA CINCO ESTUDIANTES DE LAS ESCUELAS PÚBLICAS EN KANSAS SON HISPANOS, SEGÚN EL DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN DEL ESTADO DE KANSAS. PERO SOLO ALREDEDOR DEL 2.5% DE LOS EDUCADORES EN LA BASE DE DATOS DE LICENCIAS DE MAESTROS DE LA AGENCIA DURANTE EL AÑO ESCOLAR 2019-2020 SE IDENTIFICARON COMO HISPANOS O LATINOS. LOS EDUCADORES HAN ENTENDIDO DURANTE MUCHO TIEMPO QUE LOS ESTUDIANTES DE COLOR TIENEN MÁS PROBABILIDADES DE TENER ÉXITO EN LA ESCUELA SI TIENEN MODELOS ADULTOS A SEGUIR QUE SE PARECEN A ELLOS EN LAS AULAS. LOS DISTRITOS EN EL ÁREA DE KANSAS CITY Y MÁS ALLÁ ESTÁN TRATANDO DE ABORDAR EL DESAFÍO, PERO LOGRAR QUE MÁS MAESTROS LATINOS ENTREN EN LAS AULAS REQUERIRÁ UN TRABAJO ARDUO Y SUSTENTABLE.
Spanish translation by AB&C Bilingual Resources
El adolescente se empezaba a descarrilar, y su madre lo sabía. Estaba batallando en la escuela, ausente en casa y tomando malas decisiones.
La madre habla principalmente español. La única persona en la que podía confiar era la maestra de aula de su hijo en la Escuela Preparatoria Washington en las Escuelas Públicas de Kansas City, Kansas.
La maestra Alicia Rodríguez-Montañez, una inmigrante de primera generación de México, pasó horas hablando con la madre y trabajando con el estudiante. Su conexión con la familia duró tres años.
“Nos llevó hasta el comienzo de su último año antes de que finalmente me diera cuenta de que lo que había hecho como equipo con su madre había funcionado”, dice. El estudiante, que alguna vez fue un riesgo de deserción, se graduó de la escuela preparatoria la primavera del año pasado con un certificado de colegio comunitaria para trabajar como mecánico.
A medida que Rodríguez-Montañez comienza su cuarto año como maestra, su historia ilustra por qué la presencia de maestros latinos en las aulas de Kansas es esencial. También da una idea de la carga de trabajo adicional que recae sobre los maestros latinos y de habla hispana. Y ayuda a explicar por qué los maestros que mejor pueden conectarse con la creciente población de estudiantes latinos de Kansas a menudo abandonan la profesión antes que sus colegas que son blancos.
“Es muy, muy satisfactorio”, dice Rodríguez-Montañez, quien este año está enseñando español de primer año y una clase de herencia hispana y trabajando con el club Latinos of Tomorrow. Además de todo eso, sabe que recibirá llamadas telefónicas de padres desesperados por hablar con alguien en su idioma nativo sobre sus hijos y el desconcertante negocio de la educación en Estados Unidos.
“Soy como su fuente de información sobre la escuela”, dice Rodríguez-Montañez, quien es uno de los tres maestros de habla hispana en Washington High School.
“A veces me agoto y me canso”, añade.
La búsqueda de profesores de color
Los educadores han entendido durante mucho tiempo que los estudiantes de color tienen más probabilidades de tener éxito en la escuela si tienen modelos adultos a seguir que se parecen a ellos en las aulas.
Un informe reciente llevado a cabo por Latinx Education Collaborative sobre maestros de color en la región de Kansas City resumió algunas de las investigaciones:
“Cuando los estudiantes de color son enseñados por maestros de color, es más probable que sus puntajes de matemáticas y lectura mejoren. Es más probable que se gradúen de la escuela preparatoria y aspiren a ir a la universidad. Los estudiantes de color y los estudiantes blancos tienen más probabilidades de tener percepciones positivas de sus maestros de color, incluido el sentirse cuidados y desafiados académicamente”.
Pero los maestros que son negros, latinos y representativos de otros grupos de estudiantes minoritarios son escasos. En Kansas, donde uno de cada cinco estudiantes de escuelas públicas son hispanos, la clasificación utilizada por el Departamento de Educación del Estado de Kansas, la tarea de encontrar maestros latinos y mantenerlos en las aulas plantea un desafío de liderazgo para las escuelas y las comunidades.
Solo alrededor del 2.5% de los educadores en la base de datos de licencias de maestros de la agencia para el año escolar 2019-2020 se identificaron como hispanos o latinos, según la información que el departamento proporcionó a The Journal.
Una encuesta de personal escolar realizada por el Centro Nacional de Estadísticas de Educación, con datos del año escolar 2011-2012, puso la representación de maestros hispanos en Kansas aún más baja, en 1.6%.
En gran parte de Kansas, el objetivo de contratar maestros latinos se ve ensombrecido por la tarea más apremiante de encontrar maestros, punto.
Considere las Escuelas Públicas de Garden City, donde el 70% de los estudiantes son hispanos. El distrito recluta a lo largo y ancho para obtener maestros certificados frente a sus 7,400 estudiantes. Solo el 16% de ellos actualmente son latinos.
“Nuestro objetivo principal es proporcionar maestros de calidad para todos los estudiantes de nuestro distrito”, dice Roy Cessna, coordinador de información pública del distrito. “Estamos reclutando a todos y cada uno de los maestros”.
Un enfoque más agudo en reclutar y retener maestros latinos está tomando forma en el área de Kansas City, en parte debido al trabajo de Latinx Education Collaborative, una nueva organización sin fines de lucro que utiliza una alternativa de género neutral a latino y latina en su nombre.
“Entendemos que la diversidad en la educación es un gran problema en general”, dice Edgar Palacios, presidente y CEO de la organización. “Nos enfocamos en los temas específicos relacionados con la comunidad Latinx y por qué es que no vemos tantos maestros de nuestra comunidad como nos gustaría en estos espacios”.
Al asociarse con investigadores del Centro de Investigación de Educación Urbana, con sede en la Universidad de Missouri-Kansas City, la colaboración generó un “análisis del paisaje” de la representación de los maestros de color en las escuelas de la región metropolitana de Kansas City a ambos lados de la línea estatal.
La investigación mostró que, en 2018, casi el 40% de los estudiantes en la región eran estudiantes de color. Pero los educadores de color conforman solo el 7% de los rangos de enseñanza.
La brecha entre los estudiantes latinos y los maestros fue especialmente pronunciada. En los cinco condados de Kansas más cercanos a Kansas City – Johnson, Leavenworth, Linn, Miami y Wyandotte – el 19% de los estudiantes eran latinos, pero el porcentaje de maestros latinos era sólo del 0.5%. El informe señala que un tercio de las escuelas en la región de Kansas City no emplean a un solo maestro de color.
En los condados de Kansas, las Escuelas Públicas de Kansas City, Kansas en el Condado de Wyandotte tienen la mayor representación de maestros latinos: alrededor del 9%. “Creo que donde entra la estira y afloja es que el 51% de nuestros estudiantes son latinos”, dice Stephen Linkous, jefe de personal del superintendente y miembro de la junta directiva del colaborativo.
El camino hacia la enseñanza es “complicado”
Lograr que más maestros latinos entren en las aulas requerirá un trabajo duro y sostenido.
Un segundo informe del Colaborativo y el Centro de Investigación de Educación Urbana analizó cuántos estudiantes de color están inscritos en programas de preparación de maestros.
“Ni Kansas ni Missouri están avanzando mucho en el reclutamiento de más estudiantes latinos o afroamericanos”, concluyeron los investigadores. En general, la cartera de preparación de maestros de Kansas experimentó solo un aumento del 1.1% entre 2014 y 2018. La matrícula de estudiantes latinos aumentó en un 1.3% durante ese período. En 2018, solo unos 280 aspirantes a maestros latinos se inscribieron en los programas preparatorios de Kansas. Eso es solo el 5% de la matrícula total de 5,442 estudiantes.
La escasez no es el resultado de la falta de interés o amor por la educación, dice Palacios. Pero para muchos estudiantes latinos, especialmente los inmigrantes recientes, el camino hacia la enseñanza es largo y difícil.
Después de graduarse de una escuela preparatoria católica en Kansas City, Kansas, Rodríguez-Montañez obtuvo un título asociado de Donnelly College, una universidad privada en KCK que se enfoca en estudiantes poco incluidos.
Es la hija mayor de sus padres y la primera de su familia en ir a la universidad.
“Como latinos, estamos muy cerca de la familia y tenemos mucha responsabilidad”, dice Rodríguez-Montañez. “Mis padres no esperaban que me fuera de casa hasta que me casara”.
Ella dice que se esperaba que limpiara e hiciera las tareas de la casa, y que estuviera presente cuando los miembros de la familia pasaban por ahí.
“En realidad no sabían exactamente lo que se esperaba de mí en la universidad”, dice. “Siento que pensaron que era como la escuela preparatoria, cuando yo no estaba tan ocupada, y no lo estaba”.
Rodríguez-Montañez se mudó a la Universidad de Missouri-Kansas City para completar su licenciatura. Si bien todavía vivía en la casa de sus padres, no estaba allí mucho.
“La biblioteca se convirtió en mi hogar”, dice. “Tomaba mi almuerzo. Me quedaba allí hasta las 9 o 10 de la noche haciendo tareas. Esa fue la única forma en que pude manejar mi tarea y mi familia”.
Las responsabilidades familiares y las consideraciones financieras desalientan a muchos graduados latinos de preparatoria a buscar programas de enseñanza en colegios y universidades de Kansas, dice Linkous, administrador de las Escuelas Públicas de Kansas City, Kansas.
Para superar esa renuencia, su distrito se ha asociado con Kansas City Kansas Community College y Kansas State University. Los estudiantes en el programa K-Step Up obtienen sus créditos generales en el colegio comunitario y avanzan a K-State, donde pueden completar sus créditos educativos en línea y enseñar a los estudiantes en las Escuelas Públicas de Kansas City, Kansas. Alrededor de 50 estudiantes están participando actualmente, dijo el distrito.
El distrito tiene su ojo puesto en los aspirantes a maestros de todas las edades y orígenes, dice la reclutadora Cynthia Fulk.
“Realmente analizamos los programas de crecimiento personal”, dice.
Una fuente de posibles maestros es el apoyo a los para profesionales y el personal de apoyo que actualmente trabajan en el distrito. Otro son los padres inmigrantes que pueden haber sido maestros en su país de origen. Un tercero son los veteranos militares que pueden querer usar sus beneficios educativos para obtener títulos de enseñanza.
Si alguien está interesado en una carrera docente, el distrito pondrá a disposición personal para hablar con ellos e incluso ofrecerá puestos de enseñanza sustitutos y trabajos a tiempo parcial. Dice Fulk.

‘Luchando por el futuro hoy’
Pero si bien estos programas pueden ayudar a los distritos individuales hasta cierto punto, es poco probable que muevan la aguja en el problema más amplio. Muchos distritos tienen programas de crecimiento propio, dice Palacios. “Son inconsistentes”, dice. “Se basa en el edificio. Se basa en el programa”.
Las Escuelas Públicas de Olathe en el condado de Johnson, donde el 20% de los estudiantes son hispanos, no tenían maestros latinos en sus aulas cuando fueron encuestadas recientemente por el Centro de Investigación de Educación Urbana.
“Tenemos muchísimos estudiantes que se han graduado de nuestro distrito y quieren ingresar a la educación, pero el camino a veces es complicado”, dice Erik Erazo, director ejecutivo de diversidad y compromiso. “No todo el mundo entiende la universidad y entiende el sistema. La barrera más alta es simplemente entender el proceso.
El distrito de Olathe está considerando a su personal de paraprofesionales, muchos de los cuales son latinos, como futuros maestros, dice Erazo. Un empleado recientemente contratado está ayudando a los “paras” con el proceso de inscripción a la universidad. Dos ex paraprofesionales obtuvieron títulos recientemente y están trabajando en el programa de migrantes del distrito. Otro es un maestro certificado y está trabajando en un distrito cercano.
“Apenas tenemos (candidatos latinos de enseñanza) para elegir. Eso es cierto”, dice Erazo. “Sin embargo, no podemos simplemente doblar las manos y decir que no hay nada que podamos hacer. Tenemos que trabajar con nuestros hijos mientras todavía están en K-12, alentando a nuestros niños que están interesados en la educación”.
Palacios dice que escucha a muchos funcionarios escolares lamentar la escasez de maestros latinos y decir: “Estamos haciendo todo lo que podemos”.
Él busca administraciones distritales que estén dispuestas a hacer de la diversidad docente un pilar de sus planes estratégicos, y hacer que los recursos del personal y el dinero estén disponibles para obtener resultados.
“No estoy en desacuerdo con que haya grandes desafíos en la contratación de maestros certificados que estén listos para ir a las aulas”, dice Palacios. “El problema es realmente: ‘¿Quién está tomando la iniciativa para asegurarse de que esto no sea un problema algún día? Estamos luchando por el futuro hoy, y eso hace que la gente se sienta incómoda”.
¿Qué necesitan los maestros?
Una vez que un graduado universitario latino se convierte en un maestro certificado y consigue un trabajo, surge otro desafío de liderazgo: mantener buenos maestros en las aulas.
Los distritos escolares en Kansas y muchos otros estados no consideran la raza y el origen étnico al calcular las tasas de retención de maestros. Pero los estudios nacionales han notado un desgaste alarmante entre los maestros latinos y negros.
“Sí, los maestros latinos son la población de más rápido crecimiento que ingresa a la profesión docente”, afirmó el Education Trust, que aboga por la equidad en la educación, en un informe del 2018. “Pero ellos (junto con los maestros negros) están saliendo de la profesión a tasas más altas que otros maestros”.
Susana Elizarraraz, vicepresidenta de apoyos a educadores de Latinx Education Collaborative, escucha a maestros que han abandonado el aula o están pensando en ello. Ella entiende su angustia. Después de cinco años, se alejó de un trabajo que amaba: enseñar en una escuela primaria de Kansas City, Missouri, con una importante población estudiantil latina.
“Creo que los líderes realmente necesitan comenzar a hacer la pregunta, además de cómo encontrar personas, cómo las mantenemos”, dice. “Porque cuando escuchamos de los maestros latinos o de los maestros en general, cuánto están luchando, cuán sobrecargados de trabajo están, cuán agotados están, no es de extrañar que las personas pasen por alto el ser maestros”.
Elizarraraz fue durante gran parte del tiempo la única latina y maestra que hablaba español en su edificio. Le correspondía a ella traducir para los estudiantes de habla hispana y sus familias.
“Estaba muy dispuesta a hacerlo”, dice. “Pero no se puede negar que hay una carga de trabajo adicional”.
En México, el país natal de su familia, las escuelas son el centro de un vecindario, dice Elizarraraz. “Es donde vas a conseguir recursos. Es donde vas a hacer preguntas. Pero la forma en que tratamos la educación ahora se siente que las escuelas están separadas de las comunidades en las que se encuentran”.
Elizarraraz, quien creció en el barrio donde enseñaba, trató de ser ese recurso, a pesar de lo que percibió como una desaprobación implícita de la dirección de su escuela.
“Me quedaba después de la escuela y ayudaba a las familias a llenar las solicitudes de cupones de alimentos”, dice. “Estaba ayudando a los estudiantes a postularse para las escuelas intermedias. En algunos casos, cuando busqué apoyo, me dijeron que ese no era mi trabajo”.
Las escuelas son lugares de trabajo inusualmente insulares. Los maestros rara vez salen de sus edificios para almorzar, reunirse con clientes o colarse en un recado personal. En un entorno así, incluso los desaires menores y las críticas de los colegas pueden parecer perjudiciales. Elizarraraz anhelaba la perspectiva de otro maestro latino.
En su trabajo actual, habla con los maestros todo el tiempo. Parte del papel de la colaboración es actuar como un recurso y convocante para los maestros latinos.
“Recibo llamadas telefónicas por la tarde después de que algunos de nuestros maestros han tenido un día difícil”, dice. “Dirán: ‘Esto sucedió en mi escuela hoy. La LEC debería hacer un programa sobre esto”. Una gran parte de mi trabajo es mantener mi oído en el suelo para decir: ‘¿Qué necesitan los maestros?’”.
la sugiere que los líderes en los edificios y los distritos escolares adopten el mismo enfoque.
“Demos seguridad a los maestros que son maestros de color y démosles agencia para ser legítimamente los expertos”, dice Elizarraraz. “Creo que existe esta presión sobre los administradores y los responsables políticos para que lo sepan todo. Y si no sabes lo que es ser un maestro de color, simplemente no lo tocas. Den el espacio para que hablemos. Den el espacio para que entremos y nos relacionemos”.
Para retener a los maestros, las escuelas deben apoyar a los estudiantes
Jackie Madrigal, maestra latina en Shawnee Mission North High School en Overland Park, ha aprendido después de 15 años en el aula que se necesita coraje y persistencia para abogar por los estudiantes y las familias hispanas.
Junto con las clases para estudiantes que están aprendiendo inglés, Madrigal enseña una clase que ella misma diseñó: literatura latina de los Estados Unidos. Cuenta la historia de las diversas comunidades latinas de Estados Unidos a través de las voces de los escritores latinos y sus súbditos. Ha coleccionado 600 libros para una Biblioteca de Literatura Latina. Y ayudó a iniciar el programa Familia First de Shawnee Mission North para padres de habla hispana.
Ninguno de sus logros fue fácil.
“Recibo apoyo aquí en la escuela porque he estado en el mismo edificio durante 15 años, y saben que no voy a ir a ninguna parte”, dice Madrigal. Pero ha sido rechazada por la administración y la junta escolar de su distrito. Le tomó años obtener la aprobación de su clase de literatura latina en los Estados Unidos como un crédito de artes del lenguaje en inglés.
El sueño de Madrigal es que alguien de los rangos más altos de su distrito se comunique con ella y otros maestros de color y les pregunte qué necesitan.
“Sabes, no podemos seguir haciendo girar nuestras ruedas y esperando que el distrito acepte esto y diga: ‘Oye, apoyemos tu programa. ¿Cuánto dinero necesitas? Contratemos a alguien que planifique todo esto para ustedes, que sea bilingüe, que sea bicultural, que entienda esta comunidad’”, dice. “Eso no está sucediendo. Y eso es exactamente lo que cada distrito necesita”.
Una de las mejores maneras en que los distritos escolares pueden reclutar y retener maestros latinos es apoyar abierta y genuinamente a los estudiantes y familias latinas, dice Madrigal. De esa manera, los maestros no se sentirán agobiados por tener toda la carga ellos mismos.
“No es solo el Distrito Escolar de Shawnee Mission.
Todos los distritos no están llegando a estas poblaciones que están marginadas”, dice Madrigal.
“Simplemente están haciendo las cosas como de costumbre, y no está funcionando”.
En su salón de clases en Washington High School, Rodríguez-Montañez habla con sus estudiantes a menudo sobre la persistencia. Un letrero en su computadora dice “échale ganas”. Es una frase que los mexicanos usan para decir “dalo todo siempre”, dice.
Rodríguez-Montañez a veces tiene que repetirse el lema a sí misma. Al final del año escolar pandémico 2019-20, estaba agotada y se preguntaba si una carrera docente era su mejor plan a largo plazo.
Luego recibió una carta de la madre de ese estudiante que apoyó durante su mala racha. “Ella me escribió este mensaje muy bonito”, dice Rodríguez-Montañez. “Ese tipo de cosas son las que te empujan, que te dicen que lo que estás haciendo vale la pena”.
Guía de discusión
¿Qué factores cree que contribuyen a que los maestros latinos estén subrepresentados en las aulas de Kansas?
¿Cuáles de esos factores son los que podrían abordarse mediante el ejercicio del liderazgo?
¿Qué interpretaciones difíciles podrían necesitar ser consideradas para que los distritos escolares de Kansas contraten y mantengan educadores latinos?
A version of this article appears in the Fall 2021 issue of The Journal, a publication of the Kansas Leadership Center. To learn more about KLC, visit http://kansasleadershipcenter.org. Order your copy of the magazine at the KLC Store or subscribe to the print edition.
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